"Nerviosita me pone estas fechas del año:
volantes, flores y mantoncillos.
La brisa trae aromas del camino:
jara, romero, tomillo...
Suenan sevillanas a lo lejos...
Se acerca el Rocío"
Sin duda una de las fiestas más importantes del Sur es la Romería de Almonte, dedicada a la Virgen del Rocío.
Los rocieros se pasan el año pensando y preparando, para estas fechas, llenos de devoción hacia su Señora. Pero son los días previos cuando en sus casas más se respira ese fervor: medallas, flores, volantes, chaquetillas. Se desempolvan todos los avíos para el camino y los días en la Aldea.
Me encantan estos días de relío, de nervios, de lágrimas de los que no van y que al final salen a andar, de los remates de costura y volantes por planchar, de las mujeres rocieras ultimando los trajes.
Me encanta ir a casa de Manuela y Antonio, rocieros de siempre y padres de mi buena amiga Tere, para ver el vestuario que se ha hecho para este año y empaparme de su gran devoción.
Y cómo todos los años entre lágrimas me pregunto, ¿cuándo podré hacerlo yo?
No todos tienen la posibilidad de disfrutar de la Romería plenamente, pero siempre puedes coger ropa cómoda y vieja, una mochila con algo de comer y beber, y mucha ilusión de llegar a sus pies.
Algún día me llegará, mientras tanto cojo mis botos y mis vaqueros, y me echo a andar entre pinos y arenas junto a la Hermandad.
Los rocieros se pasan el año pensando y preparando, para estas fechas, llenos de devoción hacia su Señora. Pero son los días previos cuando en sus casas más se respira ese fervor: medallas, flores, volantes, chaquetillas. Se desempolvan todos los avíos para el camino y los días en la Aldea.
Me encantan estos días de relío, de nervios, de lágrimas de los que no van y que al final salen a andar, de los remates de costura y volantes por planchar, de las mujeres rocieras ultimando los trajes.
Me encanta ir a casa de Manuela y Antonio, rocieros de siempre y padres de mi buena amiga Tere, para ver el vestuario que se ha hecho para este año y empaparme de su gran devoción.
Y cómo todos los años entre lágrimas me pregunto, ¿cuándo podré hacerlo yo?
No todos tienen la posibilidad de disfrutar de la Romería plenamente, pero siempre puedes coger ropa cómoda y vieja, una mochila con algo de comer y beber, y mucha ilusión de llegar a sus pies.
Algún día me llegará, mientras tanto cojo mis botos y mis vaqueros, y me echo a andar entre pinos y arenas junto a la Hermandad.
Hoy, como estamos en ambiente de preparativos, os quiero enseñar unos complementos hechos a mano en croché. Realizados por Amalia, madre de mi buena amiga Cristina, una artista.
Espero que os guste, son una monada.
Espero que os guste, son una monada.
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